LOCALIZACIÓN
MONUMENTOS
IGLESIA DE SAN PEDRO Es románica. Fue edificada en el año 1181 y el rey de León Fernando II la dona al Monasterio de Moreruela poco después. Este Monasterio donó su patronato a la catedral de Zamora en el año 1244. Según Gómez Moreno es románica, período al que corresponde su portada meridional, formada por dos arquivoltas de medio punto sobre dos parejas de columnas de capiteles de hojas esquemáticas dentro de arcadas. Tiene planta de cruz latina, con muros de mampostería, igual que la espadaña. Corresponde al siglo xii la portada meridional, que voltea arcos escalonados con impostas de nacela y capiteles vegetales esquemáticos en las cuatro pequeñas columnas de las jambas. Tiene un retablo rococó de la segunda mitad del xviii, con un cuerpo entre columnas de abundante talla y anilladas en sus tercios bajos y un ático entre machones festoneados. Contiene una escultura de San Antón Abad. El retablo mayor, parece de mediados del siglo xviii pero está todo rehecho modernamente. El resto se adorna con espejos de marcos rococós rectangulares, ovales, cuadrifolios y octogonales, todo ello de la segunda mitad del siglo XVIII.
ERMITA DE LA VIRGEN DEL TEMPLO Esta ermita fue iglesia parroquial hasta 1895, llamada de Santa María. El interior sido restaurado recientemente; han aparecido varios arcos de ladrillo. En el del camerín, se conserva la cúpula barroca sobre pechinas de angelitos y labores vegetales. En 1763 el conde de Castronuevo, sucesor de los Enríquez, era el patrón de la capilla mayor. El Retablo mayor tiene 19 tablas. De estilo italiano, de escuela de Juan de Borgoña del primer tercio del siglo xvi, es obra del zamorano Blas de Oña, con fondos paisajísticos y de arquitectura renacentista. Como notas destacables, hay que señalar alguna composición escorzada, desarrollos manieristas y algunos rostros bellísimos, como el de la Virgen en la Huida a Egipto. En general, hay que circunscribirlas dentro del ámbito del trabajo de varios pintores de la escuela de Juan de Borgoña, irradiada en la provincia desde el fecundo foco toresano. Tiene siete calles, separadas por medias columnas con fuertes decorados de labores platerescas y tres cuerpos; la calle central ha perdido los marcos originales en el primer y segundo cuerpo, sustituyéndolos por otros barrocos. En medio del mismo, detrás de una hornacina del siglo xviii, está la imagen de la Virgen del Templo, magnífica talla románica realizada entre 1200 y 1220;tiene 85 centímetros de altura. La Virgen está sentada y tiene un niño en el regazo. Se conserva también una Virgen con el Niño de finales del xvi, que está de pie, con policromía original; y el Cristo de la Misericordia, del siglo xiv de caracteres góticos. Hay en el templo una Virgen con el Niño del siglo XVI, de pie, con policromía original; una talla de San José con el Niño del siglo XVI; el escudo de los Enríquez, familia nobiliaria que poseyó, entre otros, los señoríos de Villalonso, Alcañices y Alba y Aliste. Tanto la imagen de la Virgen del Templo como el retablo fueron restaurados a final de los años ochenta. La Virgen fue restaurada en 1987 por D. Nazario Diéguez, a la sazón responsable artístico del Obispado de Zamora, y el retablo bajo la tutela de la Junta de Castilla y León. La restauración se inició a raíz de un reportaje a todo color publicado en el ABC Dominical (marzo de 1977), titulado El arte olvidado de los pueblos, de Gerardo González Calvo. En el reportaje se aboga también por la restauración de un Cristo románico que hay en Manganeses de la Lampreana. El mismo autor publicó varios artículos en El Correo de Zamora para acelerar la restauración de la talla de la Virgen del Templo y el retablo. En el año 2000 el cura párroco, D. Santiago Alonso Ferreras, acometió una esmerada e inteligente restauración de la ermita; antes había hecho lo propio con la iglesia parroquial. La Virgen del Templo es la patrona de Pajares de la Lampreana y de toda la Tierra del Pan. Son numerosos los milagros que se atribuyen a la Virgen del Templo: salvar a niños caídos en pozos, devolver el habla, librar a la comarca de la Lampreana de pestes y plagas. Algunos de ellos se han recogido documentalmente e incluso han formado parte de la decoración pictórica de los muros del templo. Los vecinos de Pajares defienden el origen templario de la ermita y de la imagen, dado el nombre de su advocación y lo románico de la talla.
SERVICIOS
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